sábado, 22 de junio de 2013

Continuamos con el sabado especial: Poesia Dominicana

Para conmemorar un segundo poeta dominicano, les tengo a Pedro Mir. Es un hombre de mucha admiración, y cabe mencionar que gano el premio a la literatura en 1993. Se dedico a la investigación histórica y estética, al ensayo y periodismo literarios. Lo que más admiro de él es su poema “Amen de mariposas”, es un poema que inspira el sentimiento patriótico y que hace alusión a la muerte de las hermanas Mirabal, en la época de Trujillo. Este es un poeta que hay que respetar por todos los aportes que hizo a nuestro país, incluso fue declarado “El poeta nacional”. Aquí les dejo un breve biografía y un segmento de su poema “Hay un país en el mundo”.

Hay un país en el mundo

Hay un país en el mundo
colocado
en el mismo trayecto del sol.
Oriundo de la noche.
Colocado
en un inverosímil archipiélago
de azúcar y de alcohol.

Sencillamente
liviano,
como un ala de murciélago
apoyado en la brisa.

Sencillamente
claro,
como el rastro del beso en las solteronas antiguas
o el día en los tejados.

Sencillamente
frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo
sencillamente tórrido y pateado
como una adolescente en las caderas
.

Sencillamente triste y oprimido.
Sencillamente agreste y despoblado.

Pedro Mir

Pedro Mir nació el 13 de junio de 1913, "allá en Macorís del mar, pueblo pequeño y mío/hondo rincón de aguas perdido en el Caribe", dice el mismo poeta. Hijo de un mecánico industrial cubano que se estableció en San Pedro de Macorís a principio del siglo XX y de la portorriqueña Vicenta Valentín. Pronto abandona su ciudad natal y se dirige hacia Santo Domingo para estudiar y trabajar a la vez.
Leyó mucho desde muy joven y tuvo una activa vida interior; planteándose problemáticas abstractas, y acentuando un sentimentalismo profundo, que se exalta más en la juventud. Pedro sigue con sus estudios hasta alcanzar el doctorado en Derecho en 1941. Bien pronto va a comenzar su oposición firme y frontal a la dictadura de Trujillo. En 1947 logra escapar a Cuba. Desde La Habana, donde fija su residencia, comienza la gran obra del poeta. Allí publica Hay un país en el mundo. Vivirá muchos años fuera del país.
Se estableció definitivamente en el país, en 1968, e ingresó como profesor a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dedicándose a la investigación histórica y estética, al ensayo y periodismo literarios.


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